DESDE EL CORAZÓN DE MIGUEL HERNÁNDEZ
Hoy hemos tenido la inmensa suerte de presenciar en la biblioteca de La Alberca un recital poético y musical centrado en las cartas de amor que Miguel Hernández escribía desde la cárcel a Josefina, su mujer. De la mano de José Manuel Garzón acompañado por el piano de José Galiana, las epístolas y poemas que, el poeta de Orihuela dedicó a su esposa, han llenado de emoción contenida nuestros corazones. Los alumnos han descubierto a un Miguel Hernández valiente, vagabundo de las cárceles de los años cuarenta e inmensamente vivo gracias a la pasión que había en su alma.
Partitura en el Ipad |
José Manuel Garzón |
Alumnos IES Alquibla |
Alumnos IES Alquibla escuchando con atención |
VÍDEO EN EL QUE JOSÉ MANUEL GARZÓN RECITA UN SONETO QUE REMEMORA UN BESO ROBADO...
FANTÁSTICO
Fragmento de una carta en la que el poeta incluye LAS NANAS DE LA CEBOLLA
Madrid, 12 de septiembre de 1939
Mi querida Josefina:
Esta semana, como las anteriores, llega martes y no ha llegado tu carta. También empiezo a escribir esta para que me dé tiempo a echarla después, cuando el correo me traiga la tuya, que no creo que falte hoy. Estos días me los he pasado cavilando sobre tu situación, cada día más difícil. El olor de la cebolla que comes me llega hasta aquí, y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar zumo de cebolla en vez de leche. Para que lo consueles, te mando esas coplillas que le he hecho, ya que aquí no hay para mí otro quehacer que escribiros a vosotros y desesperarme (...)
LOS VERSOS...
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Miguel Hernández y Josefina Manresa |